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Nadie puede quedar impune: ni las empresas, ni los gobernantes, ni los ciudadanos.

Filantropía CorporativaRetomando el tema de la Filantropía Corporativa quiero hablar de los contrapesos que existen para los proyectos sociales haciendo referencia a un artículo que se publicó en Santacruz International Communications titulado De la Filantropía Corporativa a la Empresa Social, que describe la evolución de las actividades sociales en las empresas, así como la fusión de estructuras de organizaciones civiles con las del sector privado para formar el denominado cuarto sector o empresas sociales. Este documento se puede consultar aquí

Ante un panorama tan difícil y nublado como por el que está pasando México hoy me parece importante recalcar las diferencias entre las diversas formas que existen de participar socialmente desde distintos ángulos, con conocimiento de los contrapesos que hay dentro del desarrollo social, y de cuáles perspectivas aporta cada actor. Es preciso clarificar cuáles son las dinámicas de cambio y desarrollo social y el rol que juega cada uno de sus actores, lo cual considero de ayuda ante el descontento general que existe frente a la relación entre las empresas y sus intereses económicos dentro del marco del desarrollo social (como lo es, por ejemplo, el caso del Teletón).

Actualmente la relación entre empresas y organizaciones se percibe en México casi exclusivamente en el marco de donante-donataria. Esto ha sido un gran reto para el sector de las OSCs pues, en general, el perfil conservador de la mayoría de los donantes se inclina mayoritariamente a apoyar proyectos asistenciales y no de incidencia social, pues los primeros son más fáciles de comercializar. Siempre es más fácil hacer una campaña donde la empresa muestre cómo se repartieron cobijas a niños con frío y sin hogar. Sin embargo, tratar directamente las causas y transformar las políticas que hacen que esos niños no tengan un hogar tiene mucho mayor impacto social (Santacruz International Communications).

Dicha relación no es negativa per se. Al contrario, mucho se pueden beneficiar ambos sectores de la experiencia de cada uno, pues los dos tienen la capacidad de permanecer en el tiempo más allá de la alternancia de gobiernos. Muchas veces es incluso por esa razón por la que las iniciativas de proyectos sociales permanecen, gracias al contrapeso económico que una empresa puede aportar para la continuidad del mismo, en colaboración con organizaciones civiles focalizadas en grupos vulnerables.

El Teletón es un caso, como muchos otros, dónde la relación se desvió de su propósito; el barco se desvió de su curso, y para solucionarlo no es necesario quemarlo, si no detectar por qué, cuándo y cómo sucedió dicha desviación para poder redireccionarlo. Hoy el Teletón es el caso más visible pero eso mismo puede suceder con cualquier otro proyecto. Si nos vamos a las causas y no a los síntomas podremos incidir en aquello que hace que dichos proyectos desvíen su propósito, se utilicen de pantalla para evadir impuestos, o que se dé prioridad a proyectos no por su impacto social, si no por su relación comercial con el gobierno (en el caso del Teletón por ser un proyecto meramente asistencialista y no de incidencia). Para esto se requiere de un cambio también en las mentes de quienes apoyan estos proyectos y, entre ellos, los ciudadanos. Hay que formarnos como ciudadanos y generar la capacidad de apoyar la incidencia en políticas públicas.

Planear a largo plazo. Salir del cortoplacismo que tiene al país siempre “resolviendo” crisis en el momento sin capacidad de prever, sólo de reaccionar. En ese sentido, la sociedad civil puede y debe fungir como un contrapeso social ante los intereses meramente económicos monitoreando, regulando y evaluando constantemente dichas iniciativas. Cada actor es importante. En una entrada anterior mencionamos cómo dar seguimiento a las iniciativas a través de una herramienta fundamental que es el monitoreo. Dar seguimiento a las iniciativas con objetivos claros, y una vez cumplidos esos objetivos, avanzar hacia los siguientes objetivos del mismo tema.

En las democracias más avanzadas la sociedad civil funge como un contrapeso a los intereses económicos; esto no sólo es responsabilidad del gobierno, aunque a éste le corresponde regular gran parte de dichas actividades. Para ello se requiere que la población esté bien informada de cómo funciona su sociedad, esté consciente de sus derechos, esté en capacidad de reclamarlos, conozca los procesos y procedimientos para llevarlos a cabo, y que se aplique la ley. Pero no sólo por los ministerios de justicia, si no por los mismos ciudadanos. Y nadie puede quedar impune: ni las empresas, ni los gobernantes, ni los ciudadanos.

Fuente:

De la Filantropía Corporativa a la Empresa Social, Santacruz International Communications //santacruz-ic.com/es/issue/ow12/

[Imagen: //www.actualidadendesa.com]

Julia Romero,

Comunicóloga y Maestra en Educación Intercultural

@Sashantia1

Gendarmería NacionalLos problemas de delincuencia en México son una constante que ha derivado en cambios institucionales de importancia. La estrategia de seguridad y ataque al crimen organizado que implementó Felipe Calderón se basó en la guerra y confrontación directa con el narcotráfico y los delitos derivados de esta actividad ilícita.

Esta estrategia trajo consigo, además de las detenciones y abatimiento de algunas cabecillas del crimen organizado, un saldo oficial de sesenta mil defunciones (incluyendo civiles), sin contar la gran cantidad de desaparecidos de los que sigue sin tenerse noticia.

La administración del actual presidente Enrique Peña Nieto ha optado por una estrategia enfocada mayormente en la prevención; como resultado de esto emitió un decreto donde se crea un órgano dependiente a la Policía Federal llamada “La Gendarmería Nacional”. Esta corporación policial surge por la necesidad de incrementar la presencia gubernamental al momento de garantizar la seguridad. En términos legales la corporación busca salvaguardar la seguridad de las personas y sus bienes, en las instalaciones, eventos, comunidades, regiones, zonas, rutas o puntos estratégicos que determine, para proteger las fuentes de empleo derivadas de los ciclos económicos y productivos, que estén relacionados, entre otros, con el turismo, la agricultura, la industria, la ganadería, la minería, la pesca y la generación de infraestructura para coadyuvar al desarrollo económico y social de México.

La nueva Gendarmería Nacional estará compuesta de jóvenes que anteriormente participaron en las Fuerzas Armadas, con el fin de evitar los problemas de corrupción y para darle un fondo más social. Uno de los objetivos que se pretende con esta visión es la incorporación de jóvenes con la intención de revalorar los juicios que se entienden por la profesión de policía.

 Esta incorporación juvenil va de la mano con los delitos en los cuales se van a centrar estos nuevos miembros de la policía, pues su tarea está enfocada en los delitos de alto impacto como violaciones, homicidio doloso, robo a casa habitación, extorsión, robo con violencia y secuestro, delitos que impactan directamente en la actividad económica.

En conclusión, esta nueva división de las corporaciones policiales no es más que una respuesta a un problema que ha resultado ser más complejo que la simple lucha frontal con un marco institucional no diseñado para hacer frente a él. En este sentido la Gendarmería Nacional busca ser una adecuación institucional a las corporaciones de seguridad para dar respuesta y sobre todo resultados, después de al menos un lustro de no observar resultados tangibles y en territorios en los que el Estado no tiene control ni gobierno. Aunque la intención está basada en una necesidad real, aún habrá que esperar los resultados de esta nueva institución, que se inserta en una dinámica cultural arraigada en la corrupción y de la cual depende en gran medida el éxito de las actividades de seguridad.

(imagen: //noticias.prodigy.msn.com)

La reforma energética cambia drásticamente las condiciones para la competencia

Pemex en el libre mercadoLas reformas energéticas aprobadas parecen hechas como dictan los cánones del libre mercado: para favorecer la competencia, la calidad y el precio de los productos ofrecidos. Para llegar a esto, en las reformas aprobadas existen plazos y pasos a seguir para la apertura energética de México. La relevancia de estos plazos o “rondas” es porque en ellos están contenidos los tiempos y campos de acción que definen el futuro de Pemex, y de los cuales depende el marco de la competencia en el sector para hacerla una empresa más funcional.

Las consideraciones y lineamientos para la inversión pública y privada están a cargo de la Secretaria de Energía y en algunos casos favorecen a Pemex, pues incluyen los pozos petroleros más importantes para el país como el de Cantarell en Campeche (que hoy en día sigue ocupando el segundo lugar de producción mundial.)

El pasado miércoles 13 de agosto de 2014 se informó por conducto del Secretario de Energía, Pedro Joaquín Coldwell, los resultados de “La ronda cero.” De acuerdo con la información provista por el Secretario, Pemex operará el 83% de la explotación de hidrocarburos, lo que traducido a números significa que seguiría teniendo hegemonía económica frente a sus competidores que requieren costos eficientes para generar ganancias. Con esta regulación Pemex estaría en posición de explotar mil seiscientos millones de barriles de petróleo, generando una producción de 2.5 millones de barriles al día durante 20 años. A diferencia de las empresas privadas, Pemex usaría estos recursos para invertir en tecnología que le permita desarrollar los procesos de producción y refinación.

Sin embargo, la nueva política de licitaciones pone a Pemex en incapacidad para competir con las grandes empresas privadas extranjeras, pues llega en condiciones de desigualdad tecnológica y técnica para explotar pozos profundos. Esta desigualdad ubicaría de facto los 156 bloques que se ofrecerán en licitación prácticamente en su totalidad a una eventual inversión puramente privada debido a las carencias de la paraestatal mexicana.

Reformas como la energética cambian drásticamente las condiciones de competencia y, sobre todo, modifican de manera sustantiva el futuro de la vida económica del país. Con la promulgación de las leyes energéticas termina una era para México donde sus recursos naturales energéticos fueron considerados estratégicos y parte esencial del desarrollo público en manos del Estado mexicano. Si bien es cierto que en algunas áreas México se podrá beneficiar de una mayor inversión privada que generen empleos e incentiven el crecimiento económico, también hay que decir que el tema energético es sumamente conflictivo a nivel mundial y los intereses de las grandes corporaciones tienden a ser ajenos a los intereses de las poblaciones donde operan.

Con las reformas, Pemex debería aprovechar la oportunidad para pasar de ser una empresa pesada e ineficiente en todos sus niveles, a ser una empresa eficaz que pueda ofrecer dividendos a la economía de México; lo que implicaría reestructurase internamente y abordar con toda seriedad sus pasivos y temas como el del sindicato petrolero, que se ha convertido en un punto de corrupción sistémico que golpea su viabilidad como empresa. Con los cambios recientes, México pone a competir en el libre mercado a su empresa pública más importante con la consigna de ganar algo de un pastel que estará disputado por grandes especialistas; hecho que recuerda la finalización del modelo de sustitución de importaciones a principio de los 80 y que derivó en una fuerte crisis para la industria mexicana, producto de décadas de proteccionismo.

(imagen: //www.jornada.unam.mx)

Yo prefiero mucho más todo lo referente al trabajo con personas, proyectos, actividades e iniciativas dinámicas que tengan un potencial auto sostenible. A este dinamismo le llamo “la cuarta dimensión.” R. Patterson

empresa socialEn nuestra entrada titulada La RSE y la incidencia: oportunidades para el cuarto sector mencionamos la necesidad de que las OSC`s sean sostenibles. Cada vez son más las organizaciones dedicadas a buscar fondos en los sectores privado y público, y, a pesar de que la RSE se ha convertido en uno de los mejores aliados de las OSC´s, se va haciendo más evidente la necesidad de que el sector social tome algunos de los elementos intrínsecos del sector privado, con el fin de facilitar la autosostenibilidad y tener la capacidad de seguir realizando proyectos sociales sin temor a la quiebra.

Laura Calleros, Titular del Centro para Emprendedores de la Universidad Anáhuac México Sur, afirma que las OSC´s necesitan explorar cómo generar recursos propios: “Cada vez hay menos recursos, pues los grandes fondos como los de Rockefeller ó Gates prefieren invertir en (empresas) y los recursos de la filantropía se dirigen cada vez más hacia África.”

Y es que en cuestiones de marco jurídico, la acción de las OSC´s también está limitada, y muchas veces conlleva procesos largos y poco flexibles que obstaculizan el crecimiento y la continuidad de un proyecto.

A medida que transcurre el tiempo, las OSC´s han ido notando que, al tratar los problemas desde una perspectiva de negocio, es posible trabajar en el sector social para brindar soluciones a los problemas de las comunidades, y también ser sostenibles financieramente, sin depender exclusivamente de las donaciones.

Un ejemplo de este tipo de empresas sociales del cuarto sector es EarthBox México, que promueve la innovación a través de la sustentabilidad para generar productividad en la siembra orgánica. ¿Cuál es su negocio? como parte de un proyecto de la ONU/FAO llamado “The Growing Connection”, que llegó a México a través de la Fundación Selva Negra para apoyar a comunidades Huicholas, EarthBox México se dedica a promover el cuidado del medio ambiente y la nutrición balanceada incentivando la siembra orgánica mediante su producto: cajas de siembra fabricadas con materiales reciclados en México.

Este producto, además de generar ahorro, impacta socialmente al garantizar el abastecimiento alimenticio en las comunidades donde ha sido implementado. También cuenta con un componente de inclusión, ya que una caja puede ser usada tanto por un corporativo urbano como por una comunidad rural, es decir, facilita el cultivo hasta en lugares que no tienen condiciones aptas para ello y promueve un trabajo solidario. La capacitación, asesoría y talleres permiten que la empresa de un seguimiento al uso del producto, siendo co-partícipe de los proyectos que se desarrollan a partir de lo que ellos distribuyen. Así mismo, se incentiva la investigación y el desarrollo local-regional para que, al adaptarse a necesidades específicas, el producto realmente cubra los requerimientos de las zonas (evitando elevar costos).

#cabildeociudadano entrevistó a Robert Patterson, quien además de ser el fundador de EarthBox México, trabajó en la FAO/ONU como Senior Liaison Officer durante casi 30 años consecutivos. Compartimos con nuestros lectores la experiencia de trabajo de una empresa social que hasta el momento sigue dando buenos frutos.

 

– cabildeociudadano: ¿Por qué y cuándo decidió iniciar su propio proyecto en México?

– Robert Patterson: FAO, como muchas otras grandes organizaciones, ha perdido paulatinamente el interés en actividades operacionales, profundizando más en las charlas y los reportes, lo que yo llamo “la primera y la segunda dimensión”. Yo prefiero mucho más todo lo referente al trabajo con personas, proyectos, actividades e iniciativas dinámicas que tengan un potencial auto sostenible. A este dinamismo le llamo “la cuarta dimensión.”

CC: ¿Por qué decidió emprender un negocio con metas sociales en lugar de fundar una OSC?

– RP: Nosotros elaboramos lo que se conoce como “producto universal”, que provee un valor tangible para diferentes usuarios (ricos, pobres, gente del área urbana, del área rural); ahí existe un valor agregado para cada uno de los usuarios y para cada EarthBox. En mi definición, “productos universales” son aquellos fáciles de usar y que implican muy pocos costos operativos. Imagine una bicicleta en comparación con un automóvil.

En nuestra experiencia de empresa social, operamos un negocio el cual es manejado por “actual value” más que por valores financieros, donde la clave es la autosostenibilidad, sin que esto quiera decir que se tenga una riqueza desmesurada.

Para operar un negocio con capital propio (scarce) ponemos todo en una linea de riesgo, en lugar de hacerlo como una OSC que funciona con bases más seguras, pero por fuera del valor actual del mercado. Para nosotros fue importante tomar esta decisión donde era “hacer o morir en el intento”, no como una subsididada Potemkin Village.

CC: ¿Cuáles son las ventajas de ser una empresa y no una OSC?

RP: Nuestras decisiones son completamente propias, no tenemos que responderle a una junta o a los políticos. Si nos va bien o fallamos no hay razón para sentirnos culpables con nadie.

– CC: ¿Cuáles son las desventajas?

– RP: Capital limitado, especialmente para la promoción, así que tenemos que ser muy acertados y creativos en nuestras actividades.

 

Algunos representantes de empresas sociales también resaltan entre las ventajas de emprender un negocio con fines sociales, la credibilidad. Lamentablemente, las OSC´s no son tomadas tan en serio como las empresas, pero sí como un negocio; la propuesta es atractiva para los inversionistas, hay más fuentes de recursos que para una OSC y al mismo tiempo es posible acceder a donativos.

Un miembro de la consultora Cirklo menciona la importancia de prepararse ante los nuevos esquemas que están surgiendo: “Si las OSC´s no se capacitan, asesoran o integran a un experto en negocios, su probabilidad de fracasar es muy alta.”

Las empresas con objetivos sociales deben tener claras y bien definidas sus metas, ser responsables y no olvidar su razón de ser, aprovechando las ventajas del mundo de la filantropía más la ventaja del mundo de los negocios.

Para finalizar, compartimos algunas cifras de OSC´s que se han transformado logrando independizarse de los donativos.

De OSC's a empresas(fuente: //www.cnnexpansion.com/expansion/2013/02/08/de-ong-a-empresa)

 

¿Qué otros ejemplos de empresas sociales conocen? Nos gustaría escuchar sus historias y experiencias al respecto.

 

(imagen: www.luismaram.com)

 

Valery Rojas,

Politóloga y Blogger

@chanteler

Recursos, conocimiento, tiempo y alianzas sostenibles entre OSCs y empresas para el beneficio de la ciudadanía

Cuarto Sector

(imagen: //www.innmentor.com)

Anteriormente hemos mencionado la importancia de la RSE y la sostenibilidad. En el caso particular de las OSCs uno de sus talones de Aquiles es precisamente la sostenibilidad. Cuesta mucho acceder a recursos, tanto públicos como privados, y cada vez nacen más organizaciones que aplican para los mismos fondos.

Las OSCs se encuentran cada vez más ante la necesidad de generar alianzas y diversificar sus fuentes de financiamiento para incidir en la esfera pública; es decir participar de diseñar, monitorear, implementar y evaluar las políticas públicas que atañen a su sector (tercer sector), así como las políticas que impactan a sus grupos vulnerables. En ese sentido, según Antonio Vives, el tercer sector tiene la capacidad de contribuir a través de su imparcialidad, el conocimiento de la problemática in situ, su pasión y su buena voluntad. Pero lamentablemente suelen ser organizaciones con poca capacidad financiera, preocupadas por su supervivencia, desarticuladas, cada una por su cuenta[1]. Otra cuestión a atender es que como pueblo necesitamos urgentemente una intensiva educación ciudadana y de participación social, que nos enseñe los caminos por recorrer y la fuerza de la acción colectiva organizada.

La desarticulación que menciona Vives no sólo se refiere al rol de las organizaciones per se, si no también al hecho de que el surgimiento de la mayoría de las organizaciones no contempla un análisis que en el caso de los negocios sería más que obvio: el análisis FODA, que toma en cuenta a los mercados emergentes, la competencia, las oportunidades, amenazas y fortalezas, y que de aplicarse en la mayoría de los casos, plantearía a las organizaciones un panorama totalmente distinto. Y es que al ser las OSCs instituciones sin fines de lucro, varias veces suelen pelearse con cualquier concepto que suene a negocio. Sin embargo, las herramientas de negocio orientadas a fines sociales son las que, de ser bien aplicadas, pueden llevarlas a cumplir sus metas de manera efectiva y optimizando los recursos para garantizar su sostenibilidad.

La RSE es también un punto de encuentro entre los tres sectores: el público, el privado y las organizaciones; una oportunidad perfecta para confluir y generar alianzas que beneficien a la ciudadanía. Lamentablemente, muchas veces dichas alianzas suele ser constituidas para problemas puntuales donde se generan conflictos de intereses, teniendo una duración muy corta[1]. De cierta manera estos problemas se deben también a visiones cortoplacistas y de aprovechar el momento de coyuntura sin intenciones de generar relaciones a largo plazo y sostenibles. Entrevistamos a Giovanna Morales, co-autora del Manual de Incidencia en Políticas Públicas publicado por Alternativas y Capacidades. En cuanto a la RSE como punto de encuentro entre OSCs y empresas nos comentó lo siguiente: “Me parece muy importante delimitar, separar las funciones de mercadotecnia de las funciones de responsabilidad social en las empresas. Haciendo un análisis de las experiencias que hemos tenido con las empresas y con su área de RSE, nos encontrábamos casi siempre con que era una área de marketing, osea no había un interés real en cambiar nada o el hacer incidencia real si no que muchas veces era nada más para dar una buena imagen hacia el exterior”. Por eso, hoy en día también se critica la actitud de muchas empresas hacia la RSE, ya que éstas no ven la responsabilidad social como uno de los pilares de su actuar, si no más bien como un distintivo accesorio o herramienta de mercadotecnia.

Empresas para la incidencia ciudadana: empresarios como motor de cambio social

El cuarto sector surge en un momento de coyuntura política y social, y como respuesta a un cambio de percepción en las generaciones “Y” y “Millenials” acerca del empleo, calidad de vida, comunidad y compromiso social. Pero dicho sector no ha surgido de la nada, parte del proceso ha sido la búsqueda de estructuras más flexibles y al mismo tiempo más sostenibles para las labores sociales. Un paso previo al cuarto sector son las Fundaciones Comunitarias o FCs, organizaciones civiles formadas por empresarios que canalizan recursos para atender necesidades regionales.

En palabras de Giovanna Morales, el cuarto sector “es necesario, muchos de los esfuerzos que han sido exitosos y que han tenido más fuerza han sido por la alianza entre ciudadanos de a pié y empresarios. Y creo que además son un actor principal porque tienen un lugar reconocido y un peso importante en la sociedad que a veces los ciudadanos solos no tenemos. Hay muchos ejemplos, y uno es el de FECHAC, una de las organizaciones más importantes y más influyentes en términos de incidencia en política pública… quienes no sólo han logrado generar cambios, si no generar una base de donativos importantes con ayuda del gobierno sin que eso signifique que no puedan incidir. No está peleado el recibir donativos del gobierno con hacer incidencia.”

El cuarto sector, retos y oportunidades

Las organizaciones se formaron bajo estructuras que, ante los cambios sociales, el avance de las tecnologías, la inmediatez en las comunicaciones, etc., tanto ellas como las empresas suelen moverse de un lado a otro buscando formas más sencillas de atender las necesidades de sus mercados, de manera que puedan adaptarse a las demandas de la sociedad. Algunas empresas han dedicado más recursos para proveer beneficios sociales y medioambientales, y al mismo tiempo las organizaciones comienzan a adoptar herramientas del sector privado para incrementar sus ingresos y volverse más sostenibles.

Con la aparición de la denominada Empresa Social[1] todavía no queda claro qué figura jurídica tomará el cuarto sector para distinguirse del resto de los sectores y beneficiarse de los mejores aspectos de cada uno. El cuarto sector tiene mucho potencial para la incidencia, pues cuenta con los recursos de las empresas privadas y con el conocimiento sobre causas sociales y grupos vulnerables de las organizaciones, lo cual le da mucho más espacio y recursos para maniobrar sin depender de financiadoras o donantes privados. Otro factor importante es el tiempo. Para realmente lograr cambios estructurales en una sociedad se necesitan muchos recursos, pero también llevar a cabo programas que se vuelvan una constante a lo largo del tiempo. Al depender principalmente de recursos públicos en los tiempos de gobernatura local, que cambian cada 3 años, aunado a los procesos y tiempos que toma aplicar para esos fondos y recibirlos, las organizaciones difícilmente pueden llevar a cabo programas que traten a las problemáticas de raíz, y por periodos de tiempo necesarios para incluso poder medir su impacto social. La atemporalidad y optimización de recursos de las empresas sociales podría  ser un motor de cambio para llevar a cabo programas de mayor impacto social y con el tiempo suficiente para medirlos, evaluarlos e incluso replicarlos en otras regiones.

Es por eso que en #cabildeociudadano buscamos proveer a la sociedad civil de herramientas empresariales para optmizar sus recursos y alcanzar sus metas, de manera que, el tercer sector con figura jurídica de OSC o IAP y las emergentes empresas sociales, contribuyan a la sostenibilidad de ambos sectores y utilicen las mejores características de cada uno para el beneficio de la sociedad.

 

Bibliografía:

Antonio Vives: El cuarto sector: empresas nacidas con responsabilidad.

Daniel Goldman: Entendamos qué es el Cuarto Sector.

Entrevista en línea con Giovanna Morales (26/06/2014): La RSE y la incidencia.

[1] (INNMENTOR)

[1] (Antonio Vives).

[1] Antonio Vives: El cuarto sector: empresas nacidas con responsabilidad.

 

Julia Romero

Comunicóloga y Maestra en Educación Intercultural

@Sashantia1

 

Fundaciones Comunitarias: vínculo entre empresas y sociedad para la construcción de ciudadanía

FECHAC(imagen: //i.oem.com.mx)

En nuestra entrada sobre la #CumbreCiudadana mencionamos la importancia que tiene para los procesos participación social, que las empresas se vuelvan más sociales y las OSC´s sean más sostenibles.

Hay ocasiones en que, con afán de categorizar y diferenciar los conceptos que atañen a la sociedad, olvidamos que, a pesar de que cada uno de nosotros cumple un rol diferente dentro de ésta, somos parte del todo que la conforma. Tendemos a ser agentes disociadores en lugar de integrarnos y trabajar colectivamente.

Es por esto que, al momento de plantearnos un proyecto de construcción de nación, es indispensable que pensemos en espacios comunes que nos permitan establecer las acciones que cada actor va a llevar a cabo, para que finalmente el interés general, es decir el bienestar de la sociedad, predomine sobre los intereses particulares (que lamentablemente en la mayoría de los casos, direcciona las decisiones políticas.)

Una de las razones por las cuales dejamos que esto suceda es que nos falta ¨pensar en el lugar del otro¨. Esta premisa forma parte de la definición de racionalidad de Kant, donde establece la importancia de reconocer que tal vez el otro puede tener la razón ¿Qué hacemos para ponernos en el lugar del otro?

El primer paso para ponernos en el lugar del otro es escucharlo. En el momento en que se abren espacios de diálogo entre las partes, en este caso OSC´s y empresas, cada una puede conocer un poco más del funcionamiento de la otra y de las necesidades reales que cada una de ellas representa. En la mayoría de los casos, estos espacios se dan sólo en la coyuntura electoral. Sin embargo, así como la participación ciudadana no se reduce simplemente a un voto, el trabajo de Responsabilidad Social e incidencia en políticas públicas tampoco tiene que estar netamente ligado a los procesos electorales, o limitarse a una relación donante-donatario.

En este punto entran en escena las Fundaciones Comunitarias (FC´s), que como ya hemos mencionado en nuestras entradas, son organizaciones que vinculan a los sectores público, privado y sociedad civil, es decir, empresas, gobiernos locales y federales, ciudadanos, y academia para resolver las problemáticas de la región. Una nueva forma de organización que está generando un impacto positivo para el empoderamiento de la comunidad.

Este tipo de fundaciones ha logrado que se comiencen a separar las funciones de mercadotecnia de la función social de las empresas. En los últimos tiempos, la RSE ha tendido a convertirse en una moda que no busca una incidencia real, sino que ha sido una estrategia socorrida por algunos empresarios para lograr su competitividad y la diferenciación de sus productos. Con las iniciativas de las FC´s se ha logrado que las empresas construyan ciudadanía; y más allá de sólo crear empleos y generar riqueza, también busquen multiplicar actitudes, hábitos y realidades que conduzcan a la mejora de la sociedad.

La Fundación del Empresariado Chihuahuense FECHAC es un ejemplo de FC’s en México. FECHAC se ha dedicado a impulsar la RSE en las empresas del estado de Chihuahua. Más de 32.000 empresarios utilizan esta fundación para que su apoyo a la comunidad sea efectivo. FECHAC atiende las necesidades críticas de la comunidad en materia de educación básica, salud preventiva y formación de capital social; promueve un trabajo colaborativo entre empresarios, gobierno y sociedad civil a través de más de 3.300 proyectos.

Éste es sólo uno de múltiples ejemplos de los avances que se están realizando en México en cuanto al cambio de paradigma de la RSE. FECHAC amplía el concepto de empresa responsable y la define como una que cumple, como mínimo, con la normatividad y sus obligaciones legales, considera a sus empleados como el capital más valioso, está conformada por personas socialmente responsables, está sensibilizada con la problemática social de su comunidad, conserva el medio ambiente y compite con lealtad.

¿Qué otros Fundaciones Comunitarias conocen? Los invitamos a participar para que juntos nos informemos de cada uno de los esfuerzos que se están realizando por la construcción de una sociedad mejor organizada.

Valery Rojas,

Politóloga y Blogger

@chanteler

¿Cómo se está llevando a cabo la discusión de las reformas?

La democracia es el gobierno de los consensos. Esta idea, aunque similar a la idea generalizada de la democracia como el “gobierno de la mayoría”, tiene una diferencia sustantiva: la inclusión de las minorías y otros grupos dentro del pacto social, pero no sólo una inclusión a partir de la ley, sino una inclusión a partir del ejercicio de construcción de políticas públicas. Entender bien esta idea ayuda a comprender lo crucial que resulta la construcción de acuerdos donde las fuerzas políticas estén integradas, de lo contrario se corre el riesgo de caer en lo que el sociólogo inglés, Alexis de Tocqueville, nombraba la “tiranía de la mayoría sobre la minoría”. Este tema es relevante porque define el grado de legitimidad de un gobierno específico, así como los mecanismos que pueden utilizar las fuerzas opositoras para canalizar sus demandas.

Si bien, desde el Tribuni Plebis de Roma hubo ejemplos muy claros de quiénes utilizaron la oposición y el populismo para llevar al Estado a situaciones límite, como Saturnino y Sulpicio, también es cierto que, cuando el Estado no cuenta con los mecanismos adecuados para recabar las demandas legítimas e incorporarlas a su gobierno, la oposición se radicaliza y se pone en grave riesgo la legitimidad y gobernabilidad. Un ejemplo claro de la misma época fueron las luchas por la ciudadanía romana, que al principio sólo estaba reservada para los patricios, pero que fue extendida a través de mucha sangre hacia los plebeyos y finalmente a los habitantes de colonias, ciudades y regiones aliadas, después de numerosas oposiciones del Senado.

El tema viene a colación porque en la discusión de las reformas que se está dando en nuestra República, parecería que la prioridad es sacarlas a toda costa, pero queda la duda de qué tanta discusión e inclusión se está generando para que las opiniones legítimas en contra de éstas se puedan expresar y puedan ser incluidas en la elaboración de las leyes. Si bien la mayoría de los legisladores desconoce el contenido de las iniciativas, existen académicos, consultores y organizaciones que tienen planteamientos respecto a cada una de ellas. La pregunta central que habría que responderse es: ¿se están discutiendo, abierta, inclusiva y transparentemente las reformas, en un ambiente propicio dada la importancia del tema?

Es claro que las reformas pueden ser aprobadas por mayoría, sin tomar en cuenta de manera alguna a la oposición, pero no son claros los beneficios que esto tendrá para la gobernabilidad, e incluso para la propia viabilidad de las reformas. Aquí es donde más importancia cobra el oficio político y la posibilidad de generar consensos con base en el entendimiento mutuo.

Construir ambientes democráticos no es sencillo. Sin embargo, es importante ser inclusivos siempre y privilegiar más allá de las posturas de partido; de esa manera, no sólo la discusión será beneficiada de la riqueza y pluralidad de posturas que pueden encontrarse en el Congreso y todos los órganos representativos, sino que el futuro político del país será más promisorio en cuanto a la generación de acuerdos y la estabilidad política.

Discusión reformas en el Senado Mexicano

(imagen: www.educacioncontracorriente.org)

Falta de claridad y resultados cuestionan el gobierno actual

EPNLa legitimidad de un gobierno puede alcanzarse por la vía de las instituciones y/o a través de las acciones de gobierno. Para ponerlo en perspectiva, en las democracias consolidadas los titulares del gobierno, sin importar que ganen por un sólo voto, adquieren   legitimidad suficiente ya ésta proviene de la aceptación general que tienen las instituciones mediante las cuales son electos. Países con menos desarrollo democrático sufren en ocasiones para dotar a sus gobernantes con la legitimidad de origen necesaria para gobernar y aplicar su plan de gobierno.

En México nos hemos visto varias veces en la problemática de un escaso margen de legitimidad. Un caso fue el cambio de gobierno de Miguel de la Madrid y Carlos Salinas, donde el resultado electoral levantó una desconfianza generalizada que obligó al presidente entrante a buscar en la detención del líder petrolero “La Quina” y en otras acciones, un margen mayor de legitimidad. En el sexenio anterior, Felipe Calderón se vio en esta misma situación al ser proclamado presidente después de un proceso electoral muy cuestionado que derivó en un triunfo por margen mínimo. Como consecuencia, tuvo que entablar una estrategia mediática de seguridad de la cual al día de hoy no se ven resultados claros.

En este sexenio, si bien el resultado de las elecciones no deja mucho lugar a especular sobre irregularidades que pudieran haber influido en el resultado final, sí existe un importante descontento ciudadano por las reformas antisociales del presidente Peña que le han valido los niveles de aceptación popular más bajos de los últimos sexenios. A este clima de insatisfacción ciudadana se suma la eterna promesa de que el país no ha crecido a los ritmos que debe por falta de reformas que den certidumbre al ejercicio económico para explotar la productividad y competitividad del país.

A un año y medio de distancia de la toma de posesión y después de que muchas de las reformas señaladas como necesarias han sido aprobadas, el día de hoy no hay una tasa de crecimiento promisoria; por el contrario, en días anteriores la Secretaría de Hacienda y Crédito Público recortó la tasa de crecimiento de 3.9% a 2.7% para el resto del año. Este tema tiene al sector económico en mayor descontento ante un panorama que cada vez luce más incierto para un gobierno que no ha logrado materializar en resultados sus promesas de campaña. Este sentimiento se suma a una ciudadanía insatisfecha, que lo expresa abiertamente en todas sus clases y sectores, y a un clima de violencia que termina por menguar al régimen.

Esta situación mina la legitimidad de un Presidente que se esfuerza en resaltar los beneficios de las reformas que ha logrado aprobar, pero sin reflejo en mejoras en el número de empleos, gasto público, certidumbre jurídica, seguridad, etc. Si bien la cercanía de su aprobación permite apostar a la posibilidad de revertir esta situación, parece que al país no le sobra mucha paciencia; entre unos que perciben cómo se desmantela el carácter social del estado y el interés colectivo; otros que, a pesar de las reformas, no ven las condiciones para generar los empleos y la productividad prometida; y otros tantos que viven con la existencia amenazada ante un Estado incapaz de garantizarles seguridad. La situación es delicada y este año será crucial en el futuro político del Presidente donde tendrá que apostar a acciones mediáticas contundentes que reviertan la coyuntura negativa en la que se encuentra.

(imagen: //radiotrece.com.mx)

El futuro está en que las empresas se vuelvan más responsables y las organizaciones más sostenibles

Alianza OSC y empresas

(imagen: www.alternativasycapacidades.org)

En un artículo anterior hicimos mencionamos que el cabildeo en México surgió como parte de una serie de actividades planeadas que pueden ser ejercidas por diversos grupos para influir en la esfera pública, y enfatizamos cómo se beneficia la ciudadanía de un cabildeo con responsabilidad social.

También definimos el cabildeo ciudadano como aquél que contempla el fomento de la transparencia en las relaciones entre instituciones tanto de gobierno como de las empresas, incluyendo a las OSCs como un aliado fundamental para el diseño, implementación, monitoreo y evaluación de políticas en beneficio de la ciudadanía, maximizando su impacto y minimizando las consecuencias negativas.

Para ligar estos conceptos es necesario tener una visión más comprensiva de lo que implica la RSE como proceso de mejora continua, y no reducirla a actividades esporádicas y aisladas, si no asumirla como un proceso de cambio, en el cual la empresa crea en forma simultánea valor económico y valor social (Michael Porter y Mark Kramer).

De acuerdo con el Centro Mexicano de Filantropía (Cemefi) El Distintivo ESR® es un elemento gráfico que acredita la relación de la empresa ante sus públicos de asumir voluntaria y públicamente el compromiso de implantación de una gestión socialmente responsable y de mejora continua, como parte de su cultura y estrategia de negocio.

Hoy en día volverse socialmente responsable es una ventaja competitiva para las organizaciones. El que no contemple la sostenibilidad y la RSE como base de su estrategia de negocios difícilmente podrá sobrevivir en el mercado, mucho menos florecer. Esto nos remite a la relación entre el segundo (empresas) y tercer sector (OSCs), y las posibilidades que existen para generar valor compartido más allá de la limitada relación entre donante-donataria. Las OSCs tienen mucho que aportar al sector empresarial y viceversa. En primera instancia, las OSCs pueden fungir como intermediarios, aliados y asesores en los procesos de incidencia sobre el marco legal que regula sus actividades; llegando a acuerdos y proporcionando información valiosa sobre las necesidades de las comunidades y grupos vulnerables a los que atienden. Ahí se forma un equilibrio entre los aspectos económicos y sociales en los cuales ambos grupos interactúan. De esta manera se beneficia al sector y por lo tanto, a los ciudadanos. En segunda instancia, las empresas entran en contacto con sus audiencias de una forma más orgánica, logrando así, una comunicación real y un conocimiento de las demandas de éstas, propiciando la obtención de retroalimentación y posicionamiento más favorable del entorno en el que interactúan.

Tanto las empresas como las organizaciones civiles pueden desarrollar un papel de aliados y consejeros para la construcción de un marco legal y una plataforma económica sostenible a largo plazo, y co-escribir las reglas del juego.

El cuarto sector

En los últimos tiempos se ha registrado la presencia emergente de un cuarto sector, que caracteriza la relación de equilibrio entre lo social y lo económico. Son empresas que nacen con objetivos financieros para llevar a cabo fines sociales.

Las tipificaciones actuales de las organizaciones “con fines de lucro” o “sin fines de lucro” como modelos institucionales, presentan limitantes ante el cambio social y económico que está generando la necesidad de construir plataformas sostenibles. Cada vez nacen más organizaciones, pero los recursos destinados a ellas siguen siendo los mismos, haciendo muy difícil su supervivencia. Las empresas se enfrentan también  a un ámbito que ha evolucionado en sus preocupaciones por el impacto social y ambiental de sus actividades. (Antonio Vives, p. 55) Es por eso que han surgido formas híbridas que buscan atender tanto a las necesidades económicas como sociales. Esta nueva forma permite un mecanismo de operación más flexible y promueve una economía solidaria. A éste sector híbrido en efervescencia se le llama cuarto sector. (Antonio Vives, p. 55)

El análisis de Antonio Vives Mirada Crítica a la Responsabilidad Social de la Empresa en Iberoamérica. Volúmen III, ofrece estudios de caso y análisis sobre el estado y progreso de la responsabilidad social en Iberoamérica, que incluye a los consumidores como motores de participación.

Los ciudadanos como individuos también tenemos responsabilidades acerca del impacto social que generamos con nuestro consumo. Bajo nuestra perspectiva, para hacer cabildeo no sólo se requiere de instituciones, si no también de consumidores responsables y congruentes que consuman de empresas y organizaciones que lleven a cabo los valores que predican, que no contribuyan con la desigualdad o dañen al medio ambiente, y que traten a sus empleados bajo condiciones justas. Dar seguimiento al avance de la RSE en México hoy es fundamental para crear juntos una plataforma económica más equilibrada y justa.

 

Bibliografía

Antonio Vives: Mirada Crítica a la Responsabilidad Social de la Empresa en Iberoamérica. Volúmen III. Edited by Cumpetere.

Consejo Internacional para Rehabilitación de Víctimas de Tortura (IRCT) (2007): Guía para el Cabildeo. El Proyecto del Financiamiento Sostenible.

Juan Felipe Cajiga Calderón: El concepto de Responsabilidad Social Empresarial. Cemefi. Available online at //www.cemefi.org/esr/images/stories/pdf/esr/concepto_esr.pdf.

Julia Romero Cabildeo Ciudadano (2014): El Cabildeo y la RSE. Psiquepol.

//www.cemefi.org/esr/images/stories/pdf/distintivo%20esr/convocatoria%20para%20obtener%20el%20distintivo%20esr%202014.pdf

 

Julia Romero

Comunicóloga y Maestra en Educación Intercultural

@Sashantia1

El involucramiento en asuntos públicos es un ejercicio de la ciudadanía

 

Los habitantes de la democracia son los ciudadanos, y de ellos la obligación y el derecho de participar en los asuntos públicos del país. Recientemente Alfonso Cuarón, cineasta y ganador del Oscar por la película “Gravity”, lanzó 10 cuestionamientos al presidente Enrique Peña Nieto referentes a los beneficios de la Reforma Energética.

10 preguntas de Alfonso CuarónEntre las diferentes posturas que un tema de tanta trascendencia genera por la complejidad del mismo, pueden ubicarse dos principalmente: la primera es de todos aquellos quienes comulgan con los cuestionamientos lanzados en el documento “Diez Preguntas”, quienes celebraron que un mexicano “exitoso” se involucrara en los asuntos de interés nacional, sobre todo en uno como el tema energético, viéndolo como un aliado en un momento en que la información sobre el tema no ha permitido conocer los alcances de las reformas y que, en efecto, las legislaciones propuestas generan más dudas que respuestas. En segundo lugar, están  quienes de inicio demeritaron la legitimidad del director, incluido el mismo Presidente, por hablar de un tema tan específico del cual no tiene “recursos técnicos” para opinar, y que a sus juicios, es irresponsable por tratarse de una figura pública que genera una gran respuesta mediática con los inconvenientes propios de difundir información o críticas a partir del desconocimiento o la “malinformación”.

Es fundamental mencionar que, independientemente de la postura que genere el tema energético, el asunto central que introduce el cineasta es el del ejercicio de la ciudadanía para involucrarse en una cuestión de crucial interés. En este sentido se pueden lanzar argumentos a favor y en contra de las propuestas de política, sin embargo, cuando nos referimos al ejercicio de los derechos políticos y civiles, el tema es completamente diferente.

En primer lugar, nuestra Constitución establece en su artículo 7º la inviolable libertad de los ciudadanos para difundir opiniones, información e ideas bajo el principio de la igualdad ciudadana. Es decir, para que exista la libertad de opinión, se debe comenzar por el reconocimiento mutuo entre ciudadanos a partir de la igualdad como sujetos políticos interesados en involucrarse en los intereses públicos que son de su incumbencia. 

En segundo lugar, desviar el eje de la discusión energética a temas de forma, como plantear que el documento tiene faltas de ortografía o que el ganador del Oscar no vive en México, sólo sitúa el debate en temas que no tienen sustento alguno ya que el derecho a participar no está condicionado a la capacidad ortográfica ni a la localización geográfica; en este sentido la ley es clara: podrán participar de los asuntos públicos del país los ciudadanos de la República; y Alfonso Cuarón, estemos o no de acuerdo con sus cuestionamientos, es un ciudadano de la República Mexicana.

Finalmente no hay que olvidar que los valores de la República se cimientan en acción y discusión sobre los asuntos públicos por parte de los ciudadanos, cuando éstos se reúnen (por el medio que sea) para dialogar en un espacio de libertad e igualdad sobre aquellos asuntos que atañen a su comunidad política. De ahí que manifestaciones ciudadanas de cuestionamiento democrático al poder sean tan deseables en nuestra actual coyuntura democrática, sobre todo en un momento en el que muchas de las reformas están siendo aprobadas en un clima de hermetismo y celeridad, impidiendo la generación de información necesaria y el debate para que los ciudadanos estén debidamente informados y puedan actuar en consecuencia de acuerdo a su deber ciudadano.

En suma, desviar la atención en discusiones bizantinas sobre si Cuarón es un “ciudadano legítimo” o no para dar su opinión es caer en un círculo sin salida, que nos llevaría a categorizar a los ciudadanos entre aquellos cuya opinión es válida y aquellos cuya opinión no lo es; situaciones que no abogan al fomento de la igualdad entre mexicanos y, por ende, de la democracia a la que aspiramos.

(imagen: //pbs.twimg.com)