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En una democracia funcional no existe votar por el “menos peor”

voto nulo

Una de las críticas más fuertes a los partidos políticos dentro del marco democrático es su tendencia a la exclusión. A lo que la Dra. Denise Dresser ha llamado en numerosas ocasiones el régimen de la partidocracia. Vivimos en un país en el que las malas prácticas de un partido se convirtieron en el status quo de la clase política. Es por eso que en la presente entrada planteo la perspectiva del No Voto y la participación ciudadana más allá del voto. Porque el votar como un hecho aislado no es necesariamente lo que nos hace ciudadanos.

Denise Dresser y otros periodistas de talla internacional han hablado en numerosas ocasiones sobre el andamiaje del sistema político mexicano, calificándolo de obsoleto o arcaico al referirse a la estructura del sistema en sí. Para poder ofrecer una perspectiva sobre el abstencionismo (o postura del No Voto) es necesario analizar al sistema político como un sistema disfuncional. Es por eso que decidí ahondar en esta perspectiva tomándola en cuenta como una voz o conjunto de voces, desde el respeto a su libertad de expresión, y desde lo que el mensaje de estas voces significa para el sistema y la participación ciudadana.

Es el sistema el que está corrupto, como menciona el periodista Jorge Zepeda en su artículo publicado en El País “Un país empriantanado”. Zepeda escribe: “El PRI ha convencido a las élites de las ventajas de chapotear en el lodo y de paso ha convertido la vida pública en un pantano infesto en el que todos ellos abrevan.” Pero la democracia no se agota en las elecciones. En otras palabras, la participación es indispensable para integrar la representación de las sociedades democráticas a través de los votos, pero no es la única posibilidad de participación. Una democracia funcional requiere de múltiples mecanismos de participación que garanticen que las voluntades diversas de la sociedad sean escuchadas y sus necesidades sociales sean atendidas.

Porque los candidatos, sean de partidos o independientes, una vez electos dejan de representar a los intereses de sus partidos y es su obligación representar a todos los ciudadanos. Una vez constituidos los órganos de gobierno, la participación se convierte en un campo de acción donde la sociedad civil puede y debe hacerse presente en la toma de decisiones políticas, pues estas decisiones afectan su vida cotidiana. `Participación también contiene “aquellas actividades legales emprendidas por ciudadanos que están directamente encaminadas a influir en la selección de los gobernantes”. A esto llamamos cabildeo ciudadano: ciudadanos comprometidos con una agenda social, que vigilan, accionan y evalúan y corrigen el rumbo de las políticas públicas que afectan el bienestar de todos.

Lester W. Milbrath, autor norteamericano de los años sesenta, sugiere que todos los ciudadanos tienen una forma específica de participación. Él compara la arena política con un arena de circo romano en donde concibe tres tipos de participantes: gladiadores, espectadores y apáticos. Sin espectadores, los gladiadores sencillamente dejarían de existir en la democracia, o peor aún, se convertirían en un espectáculo absurdo.

Entre las conclusiones de la investigación de Milbrath resalta que, aunque es prácticamente imposible que todos los ciudadanos participen de manera directa en la vida pública (pues es una situación utópica pensar que todas las personas pueden estar informados sobre todos los temas relevantes de la agenda política y social), es necesaria una cuota de participación en la que los ciudadanos se encuentren informados y activos en cuestiones públicas. Es imprescindible monitorear y evaluar las acciones de los gobernantes, y en caso de haber tomado un rumbo incierto, equivocado, o ilegal, tener la capacidad de corregir el rumbo.

En vísperas de las próximas elecciones son muchos los ciudadanos que expresan su apatía y legítimo disgusto, así como su voluntad de no votar a través de las redes sociales. Es entendible y hasta aplaudible que los ciudadanos, dentro de este contexto, manifiesten las razones por las cuáles han decidido no votar. Entre ellas se lee el disgusto de no querer participar de un sistema que está corrupto y al que no ven posibilidad de salvar.

Usando el ejemplo de Milbrath, hay muchos ciudadanos que han decidido y están decidiendo no participar de un espectáculo absurdo. El bajo porcentaje general de participación en las elecciones es alarmante. En países como Alemania, llegar a un porcentaje tan bajo de participación como el que en México se conoce como “normal” implicaría la caída del sistema. Eso no sólo significaría que el gobierno está haciendo muy mal su tarea, si no que el sistema de gobierno perdería la credibilidad. Si el voto nulo comunica la inconformidad con los candidatos, el no voto comunica la inconformidad con el sistema.

Es indispensable que el gobierno y la ciudadanía escuchen a las voces que están diciendo “no voy a participar de este sistema” porque los políticos, una vez que han sido elegidos, están en esa posición para representar a todas las voces. En una democracia funcional tiene tanto derecho el que expresa su disconformidad no votando como el que está convencido de un partido. En una democracia funcional no existe el “votar por el menos peor” o peor aún, valga la redundancia, “si no votas te jodes y no tienes derecho a reclamar”. Para entrar en una verdadera democracia tenemos que salir de ahí; tenemos que tener la capacidad de comprender e internalizar nuestros derechos y los derechos de todos.

Ejercer la ciudadanía en El país de uno, como diría Denise Dresser. Apropiarse de las calles, en el buen sentido, significa retomar el poder que “nos han quitado”, y lo pongo entre comillas porque no nos sirve de nada tomar el rol de víctimas. En realidad, para que alguien nos quite algo hace falta que renunciemos a que tenemos algún poder, control o influencia sobre nuestro entorno. Hasta cierto punto y por distintas razones hemos permitido que nos arrebaten de la mano el país y casi sin chistar, incluso enojándonos con los que chistan y reclaman sus derechos “porque nos es inconveniente que marchen y paralicen la ciudad”.

En la crisis actual por la que México está pasando es momento de tocar fondo y retomar las riendas de nuestro poder personal, ejercer el poder de los ciudadanos. Es tiempo de hacer una mirada crítica, y muy crítica, sin paleativos, sin engrandecer ni minimizar ningún hecho y sin depender de que “alguien más” lo haga primero o lo haga por nosotros. Dejar de ponerle adjetivos y pretextos a la democracia. Separar la paja del trigo. Dejar ir aquello que no funciona para abrir los ojos y ver nuevas posibilidades.

Es tiempo de acabar con la impunidad, sumarse a iniciativas, denunciar la corrupción, ejercer presión para que se haga justicia. Apoyar informando, debatiendo, escuchando a las necesidades del pueblo, contribuyendo a crear sociedades más justas. Es momento de salir de la mera indignación para pasar a la acción. Tomar nuestro rol como ciudadanos y contribuir a que otros tomen el suyo también. Hoy más que nunca se requiere de una capacidad de escuchar.

Apelando al llamado de la Dra. Dresser a asumirnos como héroes y retomar la valentía del personaje Frodo en El Señor de los Anillos, podemos decir que es imprescindible analizar y distinguir que lo que está mal es que el sistema no es un sistema democrático. Es un sistema feudal con algunas prácticas democráticas. En sus palabras “Una democracia condenada a la baja calidad, a la representación ficticia, al mal desempeño institucional, a partidos políticos alejados de las necesidades de la gente, aunque logren convocar a la gente al zócalo o a la sede partidista. A empresarios que le exigen al estado que cobre más impuestos, pero no al sector privado. A élites políticas adeptas en tomar decisiones cuestionables, corroídas por divisiones internas, incapaces de resolver problemas perennes de desigualdad y violencia. Todo ello producto de un sistema político y económico que demuestra serias fisuras”.

Es responsabilidad de los ciudadanos hacer esa distinción y saber que ese sistema es obsoleto, y nuestro rol es hacernos presentes para defender la vida, cada uno desde su posición. A este llamado no están excluidos los legisladores. Al contrario, lo primero que tiene que cambiar en nuestras mentes es que podamos comprender lo que significa realmente la democracia, para no conformarnos con algo que parece pero que en realidad no lo es y nunca lo será. Sin perder de vista lo anterior y escuchando a las demandas de la sociedad, desde este blog iniciamos y conducimos el diálogo hacia el ¿cómo sí?, pues tenemos claro lo que ya no queremos. Es tiempo de tener claro como sí queremos vivir, como sí queremos actuar, hacia dónde queremos movernos como sociedad. 

Julia Romero @Sashantia1

Comunicóloga y Maestra en Educación Intercultural

Bibliografía:

  • //www.alternancia.com.mx/trabajara-iedf-en-programa-de-promocion-del-voto/.
  • Krauze, Enrique (1997): La presidencia imperial. Ascenso y caída del sistema político mexicano (1940-1996). 1a. ed. Barcelona: Tusquets Editores (3).
  • Maite Azuela (2015): Independientes de chocolate. El Universal.mx. Available online at //www.eluniversalmas.com.mx/editoriales/2015/02/74733.php.
  • Mauricio Merino: La participación ciudadana en la democracia. Cuadernos de Divulgación de la Cultura Democrática. Instituto Federal Electoral //www.ine.mx/documentos/DECEYEC/la_participacion_ciudadana_en_la.htm#autor.
  •  //internacional.elpais.com/internacional/2015/03/11/actualidad/1426103816_030550.html

(Imagen: //lobos-solitarios.blogcindario.com)

Infórmate, monitorea, involúcrate y actúa

monitoreo-ciudadanoEn las últimas entradas hemos estado hablando de la importancia y de la responsabilidad que tenemos como ciudadanos para incidir en las decisiones políticas. Ya hemos mencionado que informarnos responsablemente es un principio para el cambio.

Volviendo al tema de la ley de Telecomunicaciones, la coyuntura nos muestra que nos encontramos en un momento decisivo donde la sociedad civil debe dar seguimiento a las discusiones y monitorear el proceso de las reformas secundarias, a pesar de las cortinas de humo que se pretenden utilizar.

Para aclarar un poco más el panorama, Gonzalo Olivares Velázquez, Director General de Psiquepol nos comparte su punto de vista:

En la discusión de la ley secundaria en materia de Telecomunicaciones, se está reflejando algo que normalmente es más sutil o a veces prácticamente irreconocible: la poderosa confrontación de los intereses que hay en juego.

El fundamento de dispersar el poder, sobre el cual se basa nuestra República, tiene que ver con la imposibilidad de que una sola tendencia domine una discusión y que, a partir del convencimiento y la vigilancia mutua, se lleguen a las mejores decisiones con base en el interés nacional. ¿Pero qué pasa cuando existe un tema, como las telecomunicaciones, donde existe un claro conflicto entre lo público y lo privado, y aún en lo privado intereses tan confrontados que afectan lo público?

Mony de Swaan, ex presidente de la Comisión Federal de Competencia (Cofetel), mencionó recientemente en una mesa de discusión de la Reforma de Telecomunicaciones en la Ibero lo siguiente: La iniciativa “ha generado una incertidumbre monstruosa en los mercados internacionales pues no se sabe si México decidió abrir sus fronteras a la competencia o si seguimos siendo amigos de la concentración” en el sector.

En el mismo foro, Irene Levy, académica del departamento de Derecho de la Ibero, señaló que: “la definición de productor nacional independiente de contenidos audiovisuales incluida en la Ley Federal de Telecomunicaciones favorece principalmente a Televisa, que podría asumirse como tal.”

Lo más interesante del tema, sin embargo, es que las empresas no están cabildeando directamente sus intereses, ni siquiera a través de despachos de cabildeo. Son los propios actores políticos, sus grupos políticos, los que tienen claro hacia dónde van y a quién representan. En Estados Unidos se dice que son los super bonos – de acuerdo al libro “Republic, Lost: How Money Corrupts Congress and a Plan to Stop It” de Lawrence Lessing, los que van determinando el “intercambio de favores” hacia los intereses privados; pero en México no existe esa figura, no hay reelección legislativa, ni financiamiento de parte de los despachos de cabildeo hacia las campañas. 

Pero tampoco hay discusión de fondo en los temas más álgidos, como el de Telecomunicaciones. Los legisladores no leen las iniciativas, no tienen tiempo ni elementos para analizarlas, no le entran a los asuntos con la profundidad que se requiere; simplemente votan conforme a lo que se acuerda en las reuniones internas previas de los partidos antes de las Sesiones del Congreso, en donde se expone y discute la postura final del partido. Por eso es evidente que el cabildeo de estas empresas, las más grandes e influyentes del país (y no sólo Televisa), se hace directamente a través de los grupos políticos, de los partidos políticos, de los tomadores de decisión política. 

A pesar de que los intereses privados sean los que quieren prevalecer sobre el beneficio de la ciudadanía, aún tenemos herramientas para hacernos sentir, para hacer valer nuestros derechos, y entre todos y todas llevar a cabo el proyecto de nación que queremos y que nos merecemos.

Entendiendo el monitoreo ciudadano como “una forma de participación ciudadana que consiste en la realización de ejercicios sistemáticos, independientes y planificados para observar, dar seguimiento y proponer mejoras sobre aspectos, como la manera en que los servidores públicos toman decisiones y utilizan los recursos públicos; cómo se generan y cuáles son los resultados de la gestión pública, su apego al marco legal y el cumplimiento de metas y planes estratégicos”[i]desde #CabildeoCiudadano les queremos compartir información sobre las discusiones de la Ley de Telecomunicaciones, como también las cuentas de Twitter de algunos servidores públicos que están relacionados con este tema.

La idea es que tomemos acciones, nos informemos, preguntemos, estemos atentos a las discusiones. Es hora de utilizar las redes sociales para hacer cabildeo, #DaleSeguimiento a los temas de la #LeyTelecom, porque es TU país y TU futuro los que están en juego. Ejerzamos nuestro derecho de acceso a la información, involucrémonos en el seguimiento de las decisiones de nuestros representantes y hagamos un monitoreo en donde la rendición de cuentas sea el pilar fundamental de los legisladores.

Iniciativa de leyes secundarias en materia de telecomunicaciones

//comunicacion.senado.gob.mx/index.php/telecom

Diputados que integran la comisión de Radio y Televisión

//sitl.diputados.gob.mx/LXII_leg/integrantes_de_comisionlxii.php?comt=47

Purificación Carpinteyro @PuriCarpinteyro

Adolfo Bonilla @FitoBonilla

Martha Gutiérrez @MarthaGtz

Simón Valanci @DipSimonValanci

Patricia Lugo @Patricia_LugoB

Beatriz Zavala @BeatrizZavala

Roxana Luna @RoxanaLunaP

Ana Lilia Garza @algcadena

Luisa Alcalde @LuisaAlcalde

 

Senadores que integran la comisión de Radio, Televisión y Cinematografía

//www.senado.gob.mx/comisiones/radio_tv_cine/integrantes.php

Alejandra Barrales @Ale_BarralesM

Itzel Ríos @SoyItzelRios

Javier Corral @Javier_Corral

Javier Lozano @JLozanoA

 

[i]Guía para el monitoreo ciudadano //www2.asa.gob.mx/ServletRepositorio?id=603

(imagen: //www.bylconsultora.com.ar)

 

Valery Rojas,

Politóloga y Blogger

@chanteler

 

El futuro está en que las empresas se vuelvan más responsables y las organizaciones más sostenibles

Alianza OSC y empresas

(imagen: www.alternativasycapacidades.org)

En un artículo anterior hicimos mencionamos que el cabildeo en México surgió como parte de una serie de actividades planeadas que pueden ser ejercidas por diversos grupos para influir en la esfera pública, y enfatizamos cómo se beneficia la ciudadanía de un cabildeo con responsabilidad social.

También definimos el cabildeo ciudadano como aquél que contempla el fomento de la transparencia en las relaciones entre instituciones tanto de gobierno como de las empresas, incluyendo a las OSCs como un aliado fundamental para el diseño, implementación, monitoreo y evaluación de políticas en beneficio de la ciudadanía, maximizando su impacto y minimizando las consecuencias negativas.

Para ligar estos conceptos es necesario tener una visión más comprensiva de lo que implica la RSE como proceso de mejora continua, y no reducirla a actividades esporádicas y aisladas, si no asumirla como un proceso de cambio, en el cual la empresa crea en forma simultánea valor económico y valor social (Michael Porter y Mark Kramer).

De acuerdo con el Centro Mexicano de Filantropía (Cemefi) El Distintivo ESR® es un elemento gráfico que acredita la relación de la empresa ante sus públicos de asumir voluntaria y públicamente el compromiso de implantación de una gestión socialmente responsable y de mejora continua, como parte de su cultura y estrategia de negocio.

Hoy en día volverse socialmente responsable es una ventaja competitiva para las organizaciones. El que no contemple la sostenibilidad y la RSE como base de su estrategia de negocios difícilmente podrá sobrevivir en el mercado, mucho menos florecer. Esto nos remite a la relación entre el segundo (empresas) y tercer sector (OSCs), y las posibilidades que existen para generar valor compartido más allá de la limitada relación entre donante-donataria. Las OSCs tienen mucho que aportar al sector empresarial y viceversa. En primera instancia, las OSCs pueden fungir como intermediarios, aliados y asesores en los procesos de incidencia sobre el marco legal que regula sus actividades; llegando a acuerdos y proporcionando información valiosa sobre las necesidades de las comunidades y grupos vulnerables a los que atienden. Ahí se forma un equilibrio entre los aspectos económicos y sociales en los cuales ambos grupos interactúan. De esta manera se beneficia al sector y por lo tanto, a los ciudadanos. En segunda instancia, las empresas entran en contacto con sus audiencias de una forma más orgánica, logrando así, una comunicación real y un conocimiento de las demandas de éstas, propiciando la obtención de retroalimentación y posicionamiento más favorable del entorno en el que interactúan.

Tanto las empresas como las organizaciones civiles pueden desarrollar un papel de aliados y consejeros para la construcción de un marco legal y una plataforma económica sostenible a largo plazo, y co-escribir las reglas del juego.

El cuarto sector

En los últimos tiempos se ha registrado la presencia emergente de un cuarto sector, que caracteriza la relación de equilibrio entre lo social y lo económico. Son empresas que nacen con objetivos financieros para llevar a cabo fines sociales.

Las tipificaciones actuales de las organizaciones “con fines de lucro” o “sin fines de lucro” como modelos institucionales, presentan limitantes ante el cambio social y económico que está generando la necesidad de construir plataformas sostenibles. Cada vez nacen más organizaciones, pero los recursos destinados a ellas siguen siendo los mismos, haciendo muy difícil su supervivencia. Las empresas se enfrentan también  a un ámbito que ha evolucionado en sus preocupaciones por el impacto social y ambiental de sus actividades. (Antonio Vives, p. 55) Es por eso que han surgido formas híbridas que buscan atender tanto a las necesidades económicas como sociales. Esta nueva forma permite un mecanismo de operación más flexible y promueve una economía solidaria. A éste sector híbrido en efervescencia se le llama cuarto sector. (Antonio Vives, p. 55)

El análisis de Antonio Vives Mirada Crítica a la Responsabilidad Social de la Empresa en Iberoamérica. Volúmen III, ofrece estudios de caso y análisis sobre el estado y progreso de la responsabilidad social en Iberoamérica, que incluye a los consumidores como motores de participación.

Los ciudadanos como individuos también tenemos responsabilidades acerca del impacto social que generamos con nuestro consumo. Bajo nuestra perspectiva, para hacer cabildeo no sólo se requiere de instituciones, si no también de consumidores responsables y congruentes que consuman de empresas y organizaciones que lleven a cabo los valores que predican, que no contribuyan con la desigualdad o dañen al medio ambiente, y que traten a sus empleados bajo condiciones justas. Dar seguimiento al avance de la RSE en México hoy es fundamental para crear juntos una plataforma económica más equilibrada y justa.

 

Bibliografía

Antonio Vives: Mirada Crítica a la Responsabilidad Social de la Empresa en Iberoamérica. Volúmen III. Edited by Cumpetere.

Consejo Internacional para Rehabilitación de Víctimas de Tortura (IRCT) (2007): Guía para el Cabildeo. El Proyecto del Financiamiento Sostenible.

Juan Felipe Cajiga Calderón: El concepto de Responsabilidad Social Empresarial. Cemefi. Available online at //www.cemefi.org/esr/images/stories/pdf/esr/concepto_esr.pdf.

Julia Romero Cabildeo Ciudadano (2014): El Cabildeo y la RSE. Psiquepol.

//www.cemefi.org/esr/images/stories/pdf/distintivo%20esr/convocatoria%20para%20obtener%20el%20distintivo%20esr%202014.pdf

 

Julia Romero

Comunicóloga y Maestra en Educación Intercultural

@Sashantia1

Cabildeo ciudadano: capacidad para transformar nuestra realidad

En las últimas semanas hemos comentado y discutido sobre la incertidumbre que existe en cuanto a la aprobación de las leyes secundarias; tema que merece seguimiento y exige la participación de los ciudadanos para que realmente se lleven a cabo los procesos democráticos. En este sentido, queremos enfocarnos en la imprescindible labor del monitoreo, herramienta fundamental para el cabildeo ciudadano; por ejemplo, en materia de telecomunicaciones, en el que la reforma enviada por el Presidente está sufriendo modificaciones importantes por parte de los legisladores. El gran descontento expresado en redes sociales que cuestiona el apego de tales reformas a la constitución ha despertado acciones físicas, como la cadena humana que se llevó a cabo el pasado sábado. También destacan interacciones online donde se afirma que tales reformas representan una violación a la privacidad de los usuarios y bloqueos e inhibiciones a los sistemas de telecomunicaciones en actos públicos. Además de ser un paso hacia atrás en la democratización del conocimiento que nos ha brindado la red, ya que los proveedores estarían autorizados a dar preferencia de banda a distintos sitios web según los acuerdos previos que se establezcan con las diferentes empresas, dejando fuera a terceros que no tengan la capacidad de pago para obtener “privilegios”, en un servicio que es considerado Derecho Humano por garantizar la libertad de expresión, el derecho a la información y el ejercicio ciudadano.

Es evidente que, a pesar de convocar casi a 3000 personas en la manifestación del sábado, es muchísimo más el movimiento que se ve en las redes sociales. El clicktivismo nos ha invadido. Wikipedia lo define como “la idea débil del activismo en internet basado simplemente en hacer likes y firmar peticiones”. Por otro lado, ¿se logró el objetivo de la acción? El resultado fue el aplazamiento de la discusión para el mes de junio, pero tal como lo menciona la politóloga Denise Dresser: “se espera que la atención ciudadana no esté centrada en este proceso legislativo” ya que justo en esta fecha se celebra el Mundial de Fútbol.

monitoreo legislativo

(imagen: //www.cgmps.mx)

 ¿Cuáles son los siguientes pasos?

Para no caer en el clicktivismo y el olvido es necesario dar seguimiento a la toma de decisiones, sin importar las cortinas de humo que se puedan presentar. Eso representa un gran reto, pero al mismo tiempo la oportunidad para muchos de reunir fuerzas y realmente participar de un proceso democrático sin esperar a que “alguien más” les de acceso. Nosotros los ciudadanos somos los que tenemos que cabildear por nuestros derechos humanos. En México, existen ejemplos de ciudadanos y organizaciones que a través del monitoreo han logrado participar y lograr cambios importantes en la toma de decisiones de gobierno.

Tal es el caso de “Monitoreo legislativo Sonorense”, una iniciativa de la organización Sonora Ciudadana, que luego de 3 años de trabajo estableció estándares para evaluar a los legisladores y para promover espacios ciudadanos reconocidos por la ley, como el Comité Ciudadano de Evaluación del desempeño legislativo y establecimiento de una agenda legislativa común para interactuar y monitorear a los diputados. Optimizando el uso del internet, los resultados del seguimiento al desempeño de los legisladores fueron compartidos periódicamente, ofreciendo información básica a la ciudadanía y también través de otros medios como la radio, donde se trasmitían en vivo las conferencias de prensa desde el Congreso en los momentos coyunturales en que era necesaria la atención de la opinión pública. Pueden conocer más información de esta experiencia aquí.

Así como los medios, los gobiernos y las empresas tienen una agenda, ya sea pública o privada, de los temas a los que les dan prioridad, es necesario que los ciudadanos, individual y colectivamente, desarrollen una metodología para dar seguimiento a los temas de su interés y llevar a cabo acciones concretas de incidencia, para ejercer presión y co-gobernar. Con este objetivo, es crucial que los ciudadanos conozcan sus derechos, los procesos y tiempos de diseño, implementación, monitoreo y evaluación de políticas públicas y cómo influir en ellos. Esto irá formando a profesionales en todas las áreas, conscientes del rol que juegan en la sociedad, y que, desde su parte, tienen la capacidad de modificar el todo. Asimismo, creará en las siguientes generaciones sujetos cada vez más críticos. Sólo así podremos construir ciudadanía y pasar de una democracia representativa a una participativa. De lo contrario, seguiremos sin avanzar en la elaboración de consensos que nos lleven a un “lugar común” donde los ciudadanos valoren sus instituciones, compartan los principios de la comunidad política, respeten las discrepancias, tengan una visión común del interés público, superen las diferencias mediante acuerdos, y “contribuyan al logro de los objetivos colectivos”[1].

Nosotros tenemos la capacidad de transformar la realidad. Compartir la información, fortalecer a los ciudadanos, generar capacidades, participar continuamente de los procesos, dar seguimiento a nuestros intereses en común: todo eso forma parte del cabildeo ciudadano.

 

Fuentes:

[1]HURTADO, Manuel. Cultura y democracia: una relación olvidada. En: La democracia en América Latina. Buenos Aires: PNUD, 2004. Pág. 289.

Más información:

//www.razonypalabra.org.mx/anteriores/n55/mcasas.html

 

Valery Rojas,                          Julia Romero,

Politóloga y Blogger              Comunicóloga y Maestra en Educación Intercultural

@chanteler                            @Sashantia1

Pasar de la protesta a la propuesta

niña Jobs

En una entrada anterior titulada “La RSE y el Cabildeo” anotábamos que: “El cabildeo bajo cualquier definición, se describe como un conjunto de acciones que tienen como objetivo cambiar la política, llamar la atención sobre un tema o dirigir órganos decisorios hacia una solución”.

La mayoría de las veces asociamos estos conceptos a procesos que se generan al interior de las empresas o de las OSCs, pero los ciudadanos también podemos incidir en las políticas públicas a través de nuestras acciones cotidianas. Basta con estar conscientes de que el cabildeo es una herramienta para el proceso de cambio continuo hacia una sociedad más igualitaria, justa, democrática, respetuosa de la naturaleza y sostenible, que es a lo que todos y todas aspiramos llegar; además de que nos permite poner en práctica el ejercicio de pasar de la queja y la denuncia a las soluciones propositivas.

¿Recuerdan el caso de la estudiante Paloma Noyola de la escuela José Urbina López en Matamoros? Paloma es mejor conocida como “La niña Jobs” por haber obtenido el puntaje más alto de México en matemáticas en las pruebas ENLACE 2012-2013. En un entorno precario, donde el acceso a los servicios públicos es limitado, sin electricidad constante, acceso a internet restringido, en plena frontera con Estados Unidos y punto álgido en la guerra contra las drogas, el maestro Iván Juárez Correa empezó a replantearse el modelo tradicional de enseñanza, que, en palabras de Foucault, podría definirse como un lugar donde “se tiene el control a través de la vigilancia y el castigo”.

Entre el 2010 y 2011 comenzó su búsqueda hacia algo innovador, experimentando e implementando nuevas estrategias.“ Me di cuenta que había que hacer algo diferente porque para este tipo de planes y programas (los tradicionales) se necesita un niño que no hable, que no platique, que nada más esté sentado en su banco, como si fuera un soldado. Estaba consciente de que hacía falta un cambio, había que sacar a los niños de las aulas y llevarlos a su ambiente natural, que es jugar”, cuenta el maestro. Partiendo de un auto reconocimiento de las necesidades propias del contexto, encontró en modelos de educación como el finlandés y el japonés la inspiración para aplicar las asignaturas establecidas a las situaciones de la vida cotidiana.

Así logró que Paloma y otros nueve niños de su escuela obtuvieran altas calificaciones en la prueba ENLACE. Gracias a estos resultados consiguió llamar la atención de muchos mexicanos que desconocen estas realidades, y la atención de autoridades responsables que se han desentendido del tema educativo en regiones apartadas. Se concedieron becas completas de estudio y un subsidio para la compra de uniformes, útiles, pago mensual de alimentación y transporte.

La participación ciudadana es la que puede continuar la labor con el monitoreo de este tipo de iniciativas. Si nuestro objetivo es crear una sociedad donde los valores fundamentales sean el respeto a la vida en todas sus formas, una sociedad más equilibrada, con seres humanos sensibles a los problemas sociales y conscientes de su poder de decisión y acción para generar el cambio, podemos comenzar a hacerlo desde los hogares. 

Cabe resaltar otro ejemplo, el de Natalia López, la niña indígena de origen Náhuatl, que vive en el municipio de Escobedo en Monterrey y que dejó a más de uno con la boca abierta con el discurso que dio frente a la Comisión Estatal Electoral de Nuevo León. Además de estar orgullosa de sus raíces, resalta la importancia del respeto por la multiculturalidad y cómo a pesar de ser discriminada en algunas ocasiones, gracias a la formación que ha tenido desde su hogar, tiene muy claro que lo que debe primar en la sociedad es el respeto a las diferencias, está segura de sí misma y de sus raíces y consciente de que la mezcla de culturas del país hacen de México un país único. Si cada uno de nosotros empezáramos a valorar las riquezas de esas raíces, a preocuparnos por los demás, a no prestar tanta atención a lo material, que como dice Natalia, “nos ha llevado a olvidar lo importante que es el amor y los valores desde la familia”, lograríamos un cambio real.

Precisamente este mes de los niños y las niñas, podríamos estar más atentos a cuáles son las necesidades de los más pequeños, no sólo de nuestros hijas e hijos, sino de todos los mexicanos que se están formando para un futuro mejor. Hagámonos responsables para que la realidad de la que tanto nos quejamos cambie. La niñez mexicana ya está generando un cambio y nos está demandando una sociedad sustentada en valores que respeten derechos fundamentales. Estamos hablando de las generaciones que nos gobernarán en el futuro. Es fundamental preparar el camino desde hoy.

Los invitamos a compartir historias como ésta, de las que seguramente hay muchísimas más. Éstas son las que nos dan fuerza para reconocer que el cambio sí es posible.

Más información:

//www.eluniversal.com.mx/estados/2013/paloma-noyola-steve-jobs-966917.html

//www.noticiasatiempo.com/index.php?option=com_k2&view=item&id=8287:la-verdadera-historia-de-natalia-lizeth-la-nina-indigena-que-cautivo-a-mexico-en-las-redes-sociales

//www.cird.org.py/institucional/documentos/manual_incidencia.pdf

(imagen: www.laverdadnoticias.com)

Valery Rojas,

Politóloga y Blogger

@chanteler

Cabildeo ciudadano socialmente responsable

RSE

Las primeras prácticas de cabildeo en México se dieron durante el gobierno de Miguel de la Madrid (1982-1988) para incidir en la agenda bilateral y mejorar la imagen de México ante la Presidencia y el Congreso E.U.A. Pero fue en 1997 cuando el cabildeo emergió con fuerza en el país debido a que ningún partido político obtuvo la mayoría en el Congreso de la Unión, provocando que los distintos sectores (empresarial, sociedad civil y gubernamental) se vieran forzados a negociar. Esto generó una gran oportunidad de participación a grupos que normalmente quedaban fuera de la toma de decisiones a través de los canales tradicionales de negociación. Así es como nació oficialmente la práctica del cabildeo o incidencia en políticas públicas como forma de negociación y conciliación entre distintos grupos sociales para ejercer presión y poner temas en la agenda pública.

Aunque actualmente el cabildeo es una práctica común ejercida por y entre distintos grupos y sectores, en México se hace una distinción entre el cabildeo y la incidencia en política pública, donde normalmente el cabildeo es referido como una actividad realizada por empresas, y la incidencia como una actividad realizada por grupos ciudadanos.

Cabildeo e Incidencia: ¿empresa o sociedad civil?

El cabildeo bajo cualquier definición, se describe como un conjunto de acciones que tienen como objetivo “cambiar la política, llamar la atención sobre un tema o dirigir órganos decisorios hacia una solución” (Consejo Internacional para Rehabilitación de Víctimas de Tortura (IRCT) 2007, p. 1) De acuerdo al Manual de Incidencia en Política Pública de la organización Alternativas y Capacidades A.C., la incidencia en política pública “consiste en actividades confrontativas y cooperativas que implican interactuar con el gobierno y otras instituciones públicas”. Éstas definiciones muestran cómo dos sectores, ya sean las organizaciones o las empresas, buscan ejercer presión y establecer relaciones de colaboración con el gobierno para incidir en las políticas públicas, pero ambas dejan fuera las relaciones que existen también entre las propias organizaciones y empresas, dejándolas exclusivamente en el campo de la filantropía o la inversión social. El Manual de Incidencia menciona, entre otras razones para incidir, maximizar el impacto del trabajo de las OSCs y grupos ciudadanos, construir ciudadanía y gobiernos responsables, y ayudar a transparentar a las instituciones públicas; tareas que no solo corresponden a las organizaciones, si no a la ciudadanía en general. Eso quiere decir que el cabildeo y la incidencia son herramientas de participación social. Ya que éstas son usadas también por las empresas, debe reconocerse la necesidad imperativa de un cabildeo con responsabilidad social.

¿Cómo se beneficiaría la ciudadanía de un cabildeo con RSE?

Menciono la labor de las OSCs en México, ya que para generar un ambiente de transparencia y legalidad en las actividades del cabildeo es fundamental contemplar y dar visibilidad a las distintas interacciones que existen entre el sector empresarial y la sociedad civil, sin reducirlo exclusivamente a la relación donante-donataria. Una relación saludable entre OSCs y sector empresarial contribuye a construir y transparentar las relaciones entre gobierno-empresas-ciudadanía, y fomenta la participación social, donde todos los sectores se asumen como co-partícipes del cambio.

“La responsabilidad social y sus actividades tienen que ser voluntarias e ir más allá de las obligaciones legales, pero en armonía con la ley. En conclusión, la responsabilidad social exige el respeto de los valores universalmente reconocidos y del marco legal existente.” Escribió Juan Felipe Cajiga Calderón en El Concepto de Responsabilidad Social publicado por el Centro Mexicano de la Filantropía. (Cemefi, p. 7)

Esta definición de Responsabilidad Social asume que las empresas forman parte de un ecosistema social y que todas sus acciones tendrán un impacto positivo o negativo. Por lo tanto, para ser una empresa socialmente responsable se requiere que la misión, directrices y acciones estén orientadas al bien común, contemplando el cuidado del medio ambiente, el respeto a los derechos humanos y laborales y su aporte al desarrollo local y regional, como pilares fundamentales de su razón de ser y de su actuar. Es por eso que la responsabilidad social es hoy en día un proceso y no un hecho tácito. Debe verse como un proceso continuo de mejora en el cual las empresas van adquiriendo grados de responsabilidad, y van asumiendo un rol activo en el conjunto de interacciones que existen entre ella y sus audiencias. (Juan Felipe Cajiga Calderón, p. 4)

Corresponde a las empresas ir más allá del marco legal existente y asumir que son ellas las que también contribuyen a que dicho marco legal sea armónico con los derechos humanos universales. En este sentido, cuando las empresas socialmente responsables se involucran en las políticas que impactan su quéhacer, contribuyen enormemente a formar un entorno legal mucho más apropiado para llevar a cabo los valores en los que están fundamentadas.

Bajo nuestra definición, un cabildeo ciudadano socialmente responsable, es aquél que contempla fomentar la transparencia en las relaciones entre instituciones, tanto de gobierno como de las empresas, incluyendo a las OSCs como un aliado fundamental para el diseño, implementación, monitoreo y evaluación de políticas en beneficio de la ciudadanía, maximizando su impacto y minimizando las consecuencias negativas.

Bibliografía:

Bayer Centro América y Caribe AG: Ejes de la Responsabilidad Social Empresarial. Available online at //www.bayer-ca.com/ejes-rse/.

Consejo Internacional para Rehabilitación de Víctimas de Tortura (IRCT) (2007): Guía para el Cabildeo. El Proyecto del Financiamiento Sostenible.

Expok News: Las 10 empresas más innovadoras dedicadas al bien social. Available online at //www.expoknews.com/las-10-empresas-mas-innovadoras-dedicadas-al-bien-social/.

Juan Felipe Cajiga Calderón: El concepto de Responsabilidad Social Empresarial. Cemefi. Available online at //www.cemefi.org/esr/images/stories/pdf/esr/concepto_esr.pdf.

Mónica Tapia, Beatriz Campillo Carrete, Susana Cruickshank Soria, Giovanna Morales Sotomayor (2010): Manual de Incidencia en Políticas Públicas. Available online at //www.alternativasycapacidades.org/manualincidencia.

Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA) (2002): Manual básico para la incidencia política. Edited by Programa Centroamericano de Capacitación en Incidencia. 

//www.plataformademocratica.org/Publicacoes/17130_Cached.pdf

 

(imagen: de10.com.mx)

 

Julia Romero

Comunicóloga y Maestra en Educación Intercultural

@Sashantia1

El Presidente Enrique Peña Nieto no ha dejado de ser uno de los actores políticos más visibles en la última semana. Primero la presentación de su Primer Informe de Gobierno, posteriormente con el viaje a Rusia, a la ciudad de San Petersburgo para participar en la Cumbre del G20, y por último con la presentación de la “Reforma Hacendaria” (o fiscal), el titular del Ejecutivo Federal sigue colocando los temas en la agenda pública y liderando su discusión.

Si bien el entorno en el que el Presidente Peña está desenvolviéndose es complejo en términos de opinión pública, ha implementado una serie de acciones que se pueden analizar una a una, por separado. En primer lugar, hay que mencionar dos temas profundamente preocupantes para la administración federal: seguridad y economía. Los niveles de violencia en varios lados del país se han salido de control, como por ejemplo los secuestros en el Estado de México y la opinión que se tienen de ello fuera de México no es buena. En segundo lugar, México está a punto de caer en una recesión económica, con todos los efectos negativos que ello traería: reducción del empleo, aumento del déficit público, decrecimiento en la economía y en el flujo de los capitales, la calificación del país para los inversionistas, etc. Adicionalmente, el conflicto magisterial también ha ocupado las primeras planas de los diarios.

No obstante, el Gobierno de la República prácticamente no ha querido confrontarse con nadie por estos hechos y ha realizado hasta lo imposible para navegar en medio de un turbulento mar en las aguas de la política y la economía. Aunque no ha dado muchas respuestas concretas hasta el momento y los resultados obtenidos no son visibles en ninguno de estos campos, hay algo que ha hecho bien: posicionar su agenda.

El Presidente Peña ha marcado el ritmo con el que los tópicos aparecen al público y lidera la discusión de los mismos. La presentación de su reforma en materia fiscal resume todo lo anterior: no se confronta con nadie (porque no aumenta el IVA ni tampoco incluye a los alimentos o las medicinas en él), dejando una ambigüedad en el terreno impositivo, sin embargo, al presentar su reforma la tarde del domingo, posiciona el tema en las primeras planas del lunes. Es una acción nítida.

Ahora bien, se pueden aventurar dos cosas: la primera es que el “Pacto por México” que ha suplido en cierta parte la negociación en el Congreso, cada vez es un mecanismo menos viable para transitar cualquier reforma – aunque también explica lo pálida de la fiscal presentada -. El pacto está agotando su vida políticamente útil y parece tener una fecha de caducidad definida: una vez que se apruebe la reforma energética. La segunda cosa que se puede aventurar es que en los próximos meses la realidad volverá a asomar su rostro en diferentes asuntos, tal como lo ha hecho hasta ahora. En dicho momento, la administración no tendrá el bono democrático que tuvo durante su primer año, sino más bien un entorno adverso en lo general por las situaciones descritas.

La pregunta entonces es: ¿qué hará el Gobierno Federal cuando llegue ese momento?, ¿cuál será el nuevo asunto que buscará posicionar en la opinión pública?, ¿qué sigue en el plan de vuelo del Presidente Peña cuando esto pase?

Falta poco para que el Presidente Enrique Peña Nieto presente su Primer Informe de Gobierno. Sin duda será un acto importante pues hay muchas cosas de qué hablar en México. El Gobierno comenzó viento en popa en diciembre pasado y la aprobación de una serie de reformas en el marco del “Pacto por México” es algo que debe tomarse en cuenta.

Sin embargo, hay otra serie de variables y de indicadores que también habrán de considerarse al momento de hacer un “corte de caja” en la política nacional. Específicamente hay que referirse a dos de ellas, que son las más importantes: la seguridad y la economía. Inclusive, estos indicadores son los que las casas encuestadoras incluyen siempre entre sus múltiples análisis.

En ese sentido, el Gobierno de la República optó por erradicar de la narrativa gubernamental y política de su administración el tema de violencia, combate al crimen organizado e inseguridad. Sin embargo, la realidad ha dado un portazo en México imponiendo su duro rostro, mostrando que la violencia no ha desaparecido; siguen habiendo zonas en el país que están bajo control del crimen organizado y el Gobierno de México batalla duramente para mantener las “riendas” de esta situación, pero se han agregado nuevos elementos como los grupos de autodefensa y los ajustes de cuentas en el D.F.

La otra variable – la económica – también empieza a generar signos de alarma. Llama la atención que en el caso de la actual administración, el indicador de la actividad económica se ha reducido y el PIB ha decrecido durante estos meses. De hecho, hoy se anuncia que la balanza comercial del país registra el peor déficit en 5 años.

Un gobierno no puede darse el lujo de perder el control (al menos no al mismo tiempo) de ambas variables. Existe riesgo de ingobernabilidad en el país. Si a ello se le suma el malestar que ha generado el plantón y marcha de los maestros en la capital del país y la posible radicalización y suma de varios sectores en torno a las reformas energética y fiscal, se vuelve entonces un “coctel explosivo”.

¿Qué se puede esperar entonces en próximas fechas? El Gobierno de la República tendrá que realizar una jugada maestra (incluso los distractores también podrían servir) para evitar que las personas presten demasiada atención a estas variables que empiezan a inquietar, y deberá retomar el control de ambas a como dé lugar.

Lo anterior no necesariamente es bueno, y una solución de corto plazo podría afectar en el largo plazo a México. En ese sentido, la responsabilidad política tendrá que hacerse presente por cualquier vía, y ésta será la prueba de fuego para la nueva correlación de fuerza entre gobierno y ciudadanía.

Recientemente se ha podido observar en los medios de comunicación el camino que las reformas estructurales están siguiendo en nuestro país. México necesita urgentemente algunos cambios profundos que lo vuelvan mucho más competitivo y que lo doten con herramientas globales que le permitan insertarse en una nueva realidad mundial.

En ese sentido, la llegada en diciembre de 2012 del Presidente Enrique Peña Nieto marcó una nueva tendencia reformista para la nación, pues una de las primeras acciones que se llevaron a cabo fue la firma del “Pacto por México”, mismo que ha servido como vehículo de negociación entre las diferentes fuerzas políticas. Como se puede sospechar, siempre que un gobierno comienza, debe aprovechar el periodo de gracia natural que se le ha de conceder en la esfera pública para este tipo de acciones concretas.

El “Pacto por México” ha permitido transitar algunas reformas importantes, como por ejemplo la de telecomunicaciones y la educativa, sin embargo, se acerca en los próximos periodos en que el Congreso habrá de sesionar extraordinaria u ordinariamente la “madre de todas las batallas”: la reforma energética. ¿Por qué razón lo anterior? Precisamente porque este tópico está fuertemente anclado a los atavismos culturales mexicanos que se han formado a luz de muchos años y sobre los cimientos de una cultura política profundamente arraigada en torno a temas tabú, como es la soberanía energética.

Por tal razón, la campaña de negociación para avanzar la reforma energética no nada más tiene que ver con negociar con las fuerzas opositoras su aprobación, sino que tiene que empezar por convencer a los mexicanos que “el petróleo sigue siendo de todos”. No obstante lo anterior, la retórica contraria, como por ejemplo la utilizada por Andrés Manuel López Obrador en el sentido que la reforma es “el robo del siglo” para México, cae en tierra profundamente fértil para la desinformación, la manipulación política y la consecución de réditos de índole política y pública partidista.

El gobierno federal enfrentará una de sus pruebas más complejas y el “Pacto por México” será sometido a gran presión para dar resultados. A pesar de lo anterior, el “pacto” ha sobrevivido ya a una elección intermedia (local) y parece que aún le queda un poco de vida. Probablemente esto se deba a que la oposición política está pulverizada, pero aún a pesar de ello, se debe aprovechar todo lo que este pacto puede aún generar. Quizá no vuelva a existir otra oportunidad de negociar políticamente las cosas como está sucediendo ahora mismo. El Gobierno de la República tendrá nuevos desafíos (como por ejemplo, la inseguridad en México o lidiar con el tema de cooperación en dichos asuntos con Estados Unidos) y va a requerir todo el potencial de que es capaz. Aún mejor si todo esto sucede después de que las reformas se aprueben y México comience a despegar su vuelo en el ámbito económico.

Durante el sexenio del Presidente Felipe Calderón fue evidente que la prioridad del gobierno federal giró en torno a la seguridad, el combate al crimen organizado y la violencia en México. Desde el inicio de la administración calderonista en 2006, desde el “operativo conjunto Michoacán” quedó claro que el entonces presidente habría de enfocar sus esfuerzos en una lucha encarnizada contra la delincuencia que cobraría las vidas (por una u otra razón) de miles de mexicanos.

Muchas cuestiones quedaron irresueltas en esos años; por ejemplo, si el Presidente Calderón lanzó la ofensiva pero no tenía idea de lo que habría de suceder posteriormente, o si bien, fue una estrategia para ganar legitimidad política. Lo cierto es que más allá de toda consideración inicial, los resultados son bien conocidos por todos en la esfera nacional e internacional.

En ese sentido, el Gobierno del Presidente Peña Nieto optó por seguir una estrategia distinta y decidió erradicar del discurso político toda muestra o signo del tema de la seguridad. Dejó de tratarse en todo discurso oficial, y la prensa comenzó a reportar otras cosas. La seguridad dejó de ser el eje de las relaciones bilaterales y de la política exterior mexicana para dar a paso a la cuestión económica, comercial, turística y financiera. Finalmente cada gobierno es libre de ordenar las prioridades en materia de política pública que mejor le parecen convenientes y de seguir la línea de acción más acertada desde su punto de vista y desde sus propios análisis, encuestas o estrategias políticas y de gobierno. No obstante, la realidad siempre acaba por imponerse.

El asesinato del Vicealmirante Carlos Miguel Salazar Ramonet, comandante de la Zona Naval en Puerto Vallarta y emboscado y ultimado en el estado de Michoacán, representa el primer asesinato de alto nivel en el gobierno de Peña Nieto. Por más que los medios de comunicación o los discursos politicos pretendan eliminar el tema de la delincuencia, la violencia o la inseguridad, la realidad siempre acaba por imponerse y hay noticias que no es posible ocultar o minimizar. Lejos de lo anterior, hacerlo sería un error de cálculo político.

La pregunta fundamental entonces radica en qué acción o rumbo habrá de tomar el Gobierno de la República. No debe callar el hecho y esconder la terrible realidad que sigue imperando para muchos mexicanos actualmente en ciertos estados de la República, pero debe actuar de manera inteligente, sigilosa y ágil, que haga ver que tiene las “riendas” de la situación. De otra manera el costo político resultaría mucho más amplio. Por tal motivo, las decisiones que el gobierno emprenda de ahora en adelante en la materia tendrán que ser profunda y concienzudamente analizadas, y sobretodo, deberán dar al ciudadano la sensación que el gobierno tiene un rumbo.